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jueves, 3 de mayo de 2012

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Siempre hay un momento en el que el camino se bifurca. Cada uno toma una dirección, pensando en que, al final, los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro. Pero al final solo ocurre una cosa... Llega el puto invierno. Y derrepente te das cuenta de que todo ha terminado, de verdad. Ya no hay vuelta atrás, lo sientes. Y justo entonces, intentas recordar en que momento comenzó todo. Y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes. Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez. Y por mucho que te esfuerces ya nunca volverás a sentir lo mismo.

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