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domingo, 11 de diciembre de 2011

kriptonita




Ai ai ai dame, dame kriptonita. Ya dejé el speed y la farla para perderme en la falda de mi pivita. Colecciono sonrisas y tragedias, lo primero a medias por las prisas. Mi Campanilla, mira que desperdiciar a un Peter que hubiese besado el suelo que pisas. Ni Españas ni camisas blancas. Queda tan poca esperanza, maldigo vuestra osanza. Pecado, castigo de Dios o de un dios a descargas de amperios agarrampa por delirio, pero el corazón ya no da crédito, Una traición por cada centilitro de los "acais" de un hombrecito, tantos buscando un ángel, yo busco al gel del exilio. Perdóname ayer eché meada a tus rosales ¿Hoy con que me sales? Yo solo me purifiqué los manantiales, derramé la sangre de los dioses sin plasmas ya me sabes. Se que naciste perrilla, pero no me busques la boquilla, búscame el papel que lo he perdido. Quién sabe que nos depara, espero que vivir en la sierra de Guara con mis lobos y penumbra, ya que me la comí, ya que me la comí de mi barrio. Hoy bailaré sobre tu tumba. A pasos flojos no tengo prisa por tu materia. Sé que el mal se revela contra el que lo crea, sé los atajos pero tranqui. Tuve el mundo como paisaje, el oido como aprendizaje, la calle como gaje en este oficio tan severo de ser jardinero de las palabras del jardín de tus deseos guapaPorque cada sílaba es un beso, por tu ombligo y todo eso de la constelación de tus lunares me hice preso, mi Atenea estoy obseso por tu crema, me marea, me deja seco, solo quiero ser un teleñecocreéme. No peco por ir mas allá de lo imaginable. Por alimentarme con vinagre y ser tan dulce y tan salado al mismo tiempo, Si estoy hambriento caliento sopa de amor, zumo de dolor si estoy sediento. Aun queda la palabra, la pata de cabra, la llave que abra la sagrada cuadra y cabalgar a 12 vientos, 4 por cada seiscientos mil kilómetros y regreso a mis aposentos con mis lobos, ya que las niñas ya no quieren ser princesas y principito pasa de robos en bobos corazones. Quizás por no tener ese par de cojones casi eternizo mis depresionesAi, si tú supieras mi amorcito necesito un pedacito de tu cielo, un whisky con hielo y unos huevos fritos. Y déjate de historias que ya morí en vida mi amor, que ya no me complico.

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