Contador

miércoles, 18 de abril de 2012

Antes de poner en duda una sola de mis palabras, dime cuándo te he mentido. Porque puedo equivocarme pero no te engañaría. Puedo girar bastante más deprisa de lo que luego tardo en equilibrarme. Puedo maltratarlo todo aunque lo quiera. Y hay cuando no tengo nada y puedo con todo y hay cuando no puedo con nada y, además, no lo quiero.
Puedo escribir páginas y páginas de mentiras en primera persona, que nada tengan que ver con mi ánimo, ni con el ánimo de mi karma, ni con nada de nada. Cada kilómetro a la espalda le resquebraja a cada uno de una manera distinta en el espejo y yo sólo voy dejando aquí y allá pruebas inexactas de pensiero y hay veces que ni eso.
Golpear y resbalar indistintamente piel a pared, moratones vitalicios sin memoria. Cada herida es un misterio en la resaca, y qué quieres que te diga. Tampoco procuro entenderlo... Sentimientos.
Entre abrazos te dices “ui qué va, o bueno, puede que sí” y al día siguiente a la distancia le soplas “me salen chichones de pensarte, amor cómo dueles, y eso que pienso que no te quiero y eso que esta vez sí que miraba por donde iba pisando”.
Porque el "se mira pero no se toca" equivale al "se siente pero no se entiende" en cuanto a tentación y a los sentimientos, se la traemos bastante floja. Te lo digo por experiencia de cuando yo nada más que he sido eso, sentimiento.
Desarraigarse, mandarlo todo, por una vez, al infierno. Ser uno mismo a riesgo de caer en picado en el intento, porque la vida sin peligro es como el mundo sin John Lennon, gris manicomio, casi humo.
Aquí me tienes haciendo un cameo en tu vida. Soy sólo el delirio en ayunas de nuestras intenciones reflejadas en miradas así modernitas dentro de gafas de sol, soy sólo eso. Soy sólo reacción, estoy aquí de rebote, de mayor quiero ser instinto.
Aquí me tienes con mi idilio de garrafón. Te tomo prestada la mitad de tu pasado para derrochar innecesariamente cariño, porque es como yo, inútil pero bella. Idílicamente tú, idílicamente yo. Dime si el delirio no es una inmortalidad más a la que aferrarse con todos los crucis que quieras si piensas pagar con intereses tus deudas.
En el fondo mentimos como cosacos, diciendo que en vez de evitar hundirnos, nos place la deriva y que va en serio eso de que estamos loca y alegremente confundidos y tememos poquito más que la inseguridad. Pero en fin, cada uno con lo suyo.
Antes, mucho antes de jugar a querernos, me acuerdo de situaciones lumínicas escandalósamente aburridas, antes de ponernos a hablar como si leyésemos todos los días los periódicos, he de leer en tus cicatrices que ha habido cuando no sabías en qué día vivías ni qué mundo era éste. Y tú como si nada.
Dime cómo de absurdo es preferir el amor a primera vista a torpes intentos de soledad chamuscada ahora que nos las damos de genios y de ágiles y de que vamos serenos con eso de que nunca seremos las cenizas de no vernos. Si bailamos, a las tres de la tarde como si fuesen de la mañana, la confusión. La epifanía de que si no estoy, del verbo estar con mayúsculas, te quemas.
He aprendido a trompicones un montón de tonterías y a collejones a besarte llorando que no estoy de sobredosis. He jugado a destroquelar tus opiniones invirtiendo su cromancia y a electrocutarte el peinado y a limarte arañazos. He jugado a jugar contigo y me has ganado. Y ha habido veces en las que no estaba jugando pero jugaba a que no te dieses cuenta.
He subido a lo más alto sólo porque luego la ostia iba a ser mayor. He dejado a gente estupenda por el camino y me empacha de indiferencia su recuerdo. Me he mojado cuando ha hecho falta mojarse y ya ni eso. He renegado del mundo hasta tal punto que me cuesta volver, aunque sea para unirme a luchar.
Ser o no buena gente, así, tan buenagentemente dicho puede que sea saber que te quieren y sentir que te lo mereces.

1 comentario:

  1. El texto es brutal , de los mejores que he leido de verdad, tiene frases por ahi que bf no se son geniales enserio!

    ResponderEliminar